Yule: el sabbat del Solsticio de Invierno
RITUAL
El Solsticio de Invierno es el día en que el Sol está más cerca del ecuador y, por lo tanto, más lejos de nosotrxs. Es el día más corto del año, marcando la entrada en el invierno. Como solemos querer mantener nuestro ritmo habitual sin prestar atención al cambio de estaciones, este puede ser un período difícil de vivir, tanto moral como físicamente. Nos sentimos cansadxs, deprimidxs por la falta de luz y de vitamina D, nos cuesta levantarnos antes del amanecer y acostarnos mucho después del crepúsculo...
Lo que es lógico cuando te niegas a seguir el ritmo natural de las estaciones; no se puede luchar con las fuerzas cósmicas.
Sé que esto no es necesariamente por elección; me parece poco probable que las grandes industrias acepten reducir el ritmo y disminuir sus horarios para dar a los cuerpos de sus empleadxs el descanso que impone la temporada invernal.
Pero cada unx es libre de tomar las medidas que le convengan para descansar y compensar.
El sabbat de Yule es una ocasión para ello. Celebremos este Solsticio que nos invita a la introspección y es en realidad un momento lleno de esperanza y dulzura.
En primer lugar, la noche más larga del año implica un misticismo máximo. La noche está relacionada con lo invisible, la introspección y los mundos interiores. Como los abismos oceánicos, puede ser fascinante y aterrador al mismo tiempo. Sin embargo, explorar las profundidades del ser puede ser una experiencia enormemente enriquecedora, una oportunidad para volverse hacia sí mismx y descubrir las maravillas que albergamos. El autoconocimiento, el encuentro con el alma, son activos valiosos si queremos estar preparadxs para avanzar y crear una realidad estimulante.
En segundo lugar, Yule es una fiesta, la ocasión de celebrar la victoria del Sol sobre el frío. Aunque los meses más fríos aún estén por venir, los días van a empezar a alargarse, prometiendo el regreso del calor y su entusiasmo. Es el ancestro pagano de la Navidad, ya que es costumbre ayudarse mutuamente y ofrecer regalos que ayuden a tus seres queridos a sobrevivir al frío. Pueden ser cristales, velas y hierbas secas para tu aquelarre, así como nueces y otros productos estacionales que se conservan con el tiempo. También son bienvenidas las mantas y otras prendas de abrigo tejidas.
Y, sobre todo, tómate el tiempo para descansar, escuchar las necesidades del cuerpo y la mente, y aceptar ir a un ritmo más tranquilo, si hace falta. El invierno suele ser un tiempo de barbecho para la tierra, una fase de hibernación impuesta por la Madre Tierra, que permite refugiarse en su capullo y descansar para elevarse con fuerza y grandeza al regreso de la primavera. Es un tiempo de asimilación de los aprendizajes y de reinicio necesario. Así que, paciencia.
Bueno, el ritual. Lo que necesitarás:
Velas.
Aceite esencial de lavanda o ylang-ylang.
Música relajante o incluso hipnótica, como cuencos tibetanos o cuencos de cristal.
Un tronco, una rama de madera o trozos de corteza recogidos en el bosque.
Material creativo (pirógrafo, cuchillo, pintura vegetal, cintas de algodón, ramas de acebo...).
Castañas, naranjas, peras, manzanas y otras frutas de temporada.
Ropa cálida y suave.
Por supuesto, utiliza lo que tengas a mano y lo que te llame; sólo son sugerencias.
Siéntete libre de anticipar y espaciar las diferentes etapas en el tiempo. Por ejemplo, lo siguiente se puede hacer varios días antes del sabbat.
Empezamos con el tronco. Tradicionalmente de roble o fresno (que son los más resistentes), el tronco representa la fuerza que permitirá sobrevivir al frío y, sobre todo, la esperanza. Es la certeza de que el Sol traerá de vuelta el calor y la abundancia para empezar un nuevo ciclo. Así que honremos esta promesa de esperanza decorando la madera como te apetezca. Puedes grabar o pintar runas, sigilos, geometría sagrada o cualquier otro símbolo que te inspire; adornarlo con cintas de algodón y ramas de acebo o hojas secas. Deja que hable tu creatividad, pero, si tienes una chimenea, por favor, utiliza sólo elementos naturales.
Luego, créale un pequeño altar, colocando las velas y frutas como ofrenda alrededor.
En la noche del solsticio (viernes 22 de diciembre en 2023 y en el hemisferio norte), pon la música relajante y enciende las velas. Difunde el aceite esencial o coloca unas gotas en tus muñecas e inhálalo. Frente a tu altar, siéntate en una posición cómoda y entra en un estado meditativo con el objetivo de tirarte hacia adentro. Si quieres, puedes entonar el bija mantra Om para ayudarte.
Si surgen pensamientos controlados por tu mente, sé indulgente y déjalos pasar.
Utiliza tu respiración: trata de visualizar tu conciencia en tu cabeza y, con cada exhalación, haz que baje por tu cuerpo hasta que llegue a tu vientre. Puedes ponerle una mano encima para ayudarte.
Una vez estés, háblale y estate listx para recibir sus mensajes, ya sea en forma de imágenes, sonidos, sensaciones corporales o percepciones sutiles. También puede ser que no percibas nada en el momento, lo cual está perfectamente bien. Lo más importante es concederte este tiempo de introspección y volver al centro. Es posible que las respuestas a tus preguntas o simples orientaciones espontáneas aparezcan en tus sueños o en forma de sincronicidades en los días venideros, así que mantén este estado de receptividad.
Para la meditación cuando quieras y bebe un vaso de agua.
Luego llega el momento de celebrar Yule, la victoria del Sol sobre la Noche y su gran regreso. Si tienes una chimenea, quema el famoso tronco. Si no, simplemente deja que las velas se consuman; también son fuente de calor y esperanza. Festeja solx o con quien quieras, favoreciendo productos de temporada para abrazar el ritmo natural de la Pachamama. Come las frutas del altar mientras admiras las llamas, y agradece al fuego y al invierno por sus enseñanzas y su contribución a tu evolución.
☀︎ Gracias, y feliz solsticio ☀︎
