Kia Ora - Descubriendo Nueva Zelanda
AVENTURA


Ya hace más de un mes que empezó esta nueva aventura.
Los viajes son mucho más que simples vacaciones entretenidas. Dirigirse hacia lo desconocido, desarraigarse una vez más, es una invitación a explorar no solo un mundo nuevo, sus paisajes, su fauna y flora, su cultura, sino también a ti mismx, a tus mundos interiores. Todxs necesitamos sentirnos segurxs, estables, equilibradxs, en casa (Muladhara, el primer chakra, está aquí para asegurarse de ello). Sin embargo, cuando ya no tienes referencias externas, te ves obligadx a buscar ese hogar en otro lugar, en el único lugar que siempre estará contigo: dentro de ti.
No siempre es fácil, ¿verdad? Volver al centro y aceptar mirar hacia adentro, estar atentx a tus propias necesidades y deseos, y afirmar tu poder personal. Especialmente cuando estás en movimiento constante, sin apenas respirar. Pero esta es una increíble oportunidad para crecer y evolucionar más rápidamente, como una formación acelerada.
En fin, Nueva Zelanda:
Es vasta, está vacía, es fresca y quema, es muy verde y muy azul. El país tiene una población muy escasa, con cinco millones de habitantes para una superficie ligeramente mayor que la del Reino Unido (que tiene actualmente sesenta y siete millones de habitantes, para comparar). Literalmente te encuentras con diez veces más ovejas que seres humanos. Lo cual, en realidad, sienta bien. Caminar, conducir durante horas y apenas cruzarse con nadie, rodeadx de vegetación. Colinas hasta donde alcanza la vista, sin un edificio, simplemente vastos prados brillantes que se mezclan con el azul del cielo y solo ceden para dar paso al turquesa de un río o del océano. Realmente, el agua siempre es azul turquesa aquí; es increíble. Ya sea dulce o salada, tranquila o agitada, con tiempo despejado o nublado, el agua conserva su color caribeño. Fría, muy fría, pero turquesa.







Luego, hace mucho calor y mucho frío a la vez, es raro. El aire permanece prácticamente siempre fresco, pero cuando sale el sol, quema instantáneamente. Dicen que es por un agujero en la capa de ozono justo encima de nosotrxs (¡ole!).
Lo más increíble es estar en contacto diario con la Naturaleza y sus habitantes. Los pájaros cantan (o hacen sonidos de platillos voladores, en el caso del bonito tūī), los conejos corretean (la gente se queja de que hay demasiados, pero yo estoy encantada de verlos saltando fuera de mi ventana), y los leones marinos se broncean. Porque sí, hay leones marinos salvajes que se relajan tomando el sol en algunas playas.
Para mí, esa es la verdadera magia de este país. Conduces tranquilamente viendo pasar los árboles, luego ves una señalita que dice “scenic view”, así que decides tomar un descanso y ¡boom!, gigantescas cascadas rodeadas de selva virgen. Bueno, vuelves de camino, otra breve pausa, y ¡bam!, un pino monumental. Seguimos adelante y, al final, nos encontramos siguiendo la costa y ¡oh!, leones marinos. ¿Paramos? ¡Pero está lleno de bebés! Oh, mira, este acaba de nacer, ¡todavía está cubierto de placenta!
Normal.
Hasta los abejorros me alegran aquí. Hasta los ratoncitos que intento proteger del gato que cuido a cambio de alojamiento gratuito son adorables, con sus orejitas tan pequeñitas. Los halcones majestuosos sobrevuelan el país constantemente y los kiwis se esconden en el bosque.
Después de dos años en una gran ciudad española, un poco agobiada por el ruido de los coches y los fans de fútbol, el canto de los pájaros representa un cambio significativo para mí.
Por supuesto, la perfección no existe. Después de las primeras semanas de alegría ante tanta vegetación relajante, me di cuenta de que, hace sólo dos o tres siglos, el país estaba cubierto de bosque virgen y la Naturaleza vibraba aún más fuerte. Estos bonitos valles frente a los cuales hago mi yoga diario no tienen nada de natural; de hecho, fueron creados tras una deforestación masiva para dar paso a pastizales para el ganado. Ah.
Luego, un día, mientras conducíamos hacia la isla sur, un pájaro chocó contra nuestro parabrisas. Íbamos a unos 80 km/h, así que dudo que haya sobrevivido. Bueno, no lo llevé muy bien, como te puedes imaginar. Después de la culpa, llegó la ira. No tienes idea de la cantidad de animales muertos que vi al borde de la carretera en tan poco tiempo. Claro, es una señal de que hay muchos más correteando por allí, y alimentan a los halcones, pero no es justo. No es justo que ocupemos tanto espacio. No es justo que elijamos qué especie merece vivir y en qué condiciones. Y no es justo que un pobre pájaro que revoloteaba tranquilamente haya muerto para que podamos ver paisajes bonitos. Para alguien como yo, que lleva los viajes en la sangre, esto me afectó aún más. Mi conclusión es que si no puedes llegar a algún lugar a pie, en bicicleta o en velero, a lo mejor no tienes que ir. Sé que si quiero estar completamente en sintonía con mis ideas, tendré que cambiar aún más mi forma de posicionarme en este mundo. No es sencillo, pero es factible.
Como decía, la perfección no existe, pero Nueva Zelanda sigue siendo un país muy lindo del que disfruto un poco más cada día y que tengo muchas ganas de seguir descubriendo.
Por ahora, hemos hecho el trayecto Madrid-Shanghái y Shanghái-Auckland en dos días. Al llegar a la ciudad más grande del país, quedamos con un amigo de un amigo de mi hermano que nos vendió su furgoneta (y resulta que iba a clase su hermana mayor cuando estaba en cuarto de primaria; el mundo es realmente chiquitito). Después conducimos hasta Havelock North, donde cuidamos a dos perras durante dos semanas y disfrutamos de una impresionante vista de los pastizales. Luego retomamos el camino, exploramos brevemente el sur de la isla norte siguiendo los escenarios de El Señor de los Anillos y tomamos el ferry hacia la isla sur. Le hicimos una pequeña visita a mi amiga Juliette, que sólo veo en otros países a pesar de que sus padres viven a una hora en coche de los míos. Y acabamos en Roxburgh para un mes y medio de house sitting en medio de las montañas y de los cerezales.
En enero volveremos a la van life para explorar la punta sur del país durante unas semanitas.
☀︎ Mientras tanto, cuidate mucho ☀︎